23 mar 2009

Alegrándome

Cada día que pasa leo y escucho cosas que me hacen alegrarme de cómo soy, gracias a mi madre y demás "agentes externos".

Me alegro de no estar orgullosa de mi absoluta ignorancia.
Me alegro de no estar atada a nada más que a mi familia, amigos y pareja, por amor, y no por intereses económicos, ideológicos o políticos.
Me alegro de ser capaz de cambiar de opinión (no porque se me convenza, sino porque yo me convenzo).
Me alegro y doy gracias (a dios no, porque probablemente no existe) por haber nacido donde nací y no en algún otro lugar de la tierra (donde dios definitivamente no existe, y si existe, existe mal).
Me alegro de que mi vida puede cambiar si quiero.
Me alegro de que cuanto más estudio, más me doy cuenta de que no es eso lo más importante, digan lo que digan.
Me alegro de seguir siendo un ser humano pese a las circunstancias.
Y, en el fondo, me alegro cada vez que asumo que la tienda de animales acabará siendo la mejor opción.
Porque los animales, muchas veces, son más humanos que las personas.

Un saludo a mis animales preferidos y a algunos otros. Y a los demás animales (con roupa), que os vayan dando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si los perros tienen alma por contagio de los seres humanos, según decía ayer el caballero de la mesa redonda, lo que está claro es que muchas veces la olisquean un chisquiño, la relamen, y la convierten en alma pura :)

Tienes que ver a Rey un día, é un pouquiño malo, pero su alma, aunque pequeniña, está impoluta :P

Carol dijo...

No existe. No es posible que exista.