Un año parece poco, y diez también, incluso veinte, pero cuando pasan los minutos, las horas, los días y las semanas, pesan y aunque hacemos muchas cosas, la mayoría de nosotros no hace nada en toooooodo ese tiempo. No tomamos LAS decisiones.
Poner barreras al futuro no es bueno.
Hace unos meses asumí varios compromisos a largo plazo. Ahora me replanteo la gran mayoría de ellos, ahora, que estoy pillada por los huevos. Y como no es la primera vez que me pasa, empiezo a pensar que es más que probable que haya un ente superior intentando decirme algo.
Lo malo es que nunca creí en los entes superiores, y aquí seguiré sin dejarme influir por esa voz, que me repite todos los días por la mañana que aunque el mundo diga que sí, ella sigue pensando que en realidad, no.
Y que hoy, por primera vez, me hace darme cuenta de que el tiempo no solo pasa, sino que además (y esa es la gran putada) un día se acaba. Aunque para eso queden uno, diez, o veinte años.